Hace cinco años ahora millones de personas estaban empezando a probar "las mieles" del teletrabajo. Millones de personas iban a sustituir el tráfico diario, los apretones en transporte público por levantarse, hacerse un café y con el mismo pijama, sentarse delante de su ordenador.
La pandemia comenzaba a preocupar y estaba a punto de confinarnos.