El corredor es estrecho y oscuro, iluminado solo por una tenue luz que parece parpadear al ritmo de mi pulso. Me he cruzado con él, con X-2506, y aún puedo sentir su presencia. Hace solo unas semanas que lo conocí, cuando fue asignado como jefe del mantenimiento de la Máquina, y desde entonces, no ha salido de mi mente.
No sé qué fue lo que me atrapó de él desde el principio.