La cúrcuma tiene mucha fama como suplemento por sus propiedades, pero a mí me interesa más como especia para emplear en la cocina, donde permanentemente es más recomendable aprovechar los nutrientes de los alimentos, y no tanto a través de pastillas. Es perfecta para dar color y aroma a una hortaliza tan simple como el calabacín, que braseado en sartén o cazuela adquiere una textura muy apetecible.