Lo de la Trilogía del DeLorean es de locos. Cada una de las tres partes de Regreso al Futuro (o Volver al Futuro, si lo prefieres) no solo se resiste a envejecer, habiendo pasado 40 años desde que se estrenó la primera, sino que mientras más veces las ves más te acaban gustando. En parte porque esta saga de viajes en el tiempo lo tiene todo, pero es que con cada nuevo visionado es muy probable que descubras algo nuevo que le da un sentido todavía más especial a cada filme o el conjunto.