Era la clase de anuncio que tenía toda la pinta de ser una broma, especialmente por confirmarse un 1 de abril que es día de inocentadas en el mundo anglosajón. Pero no, era una noticia real: David Fincher, a priori el cineasta más diferenciable del estilo relajado y expansivo de un contemporáneo como Quentin Tarantino, iba a manejar una secuela de la aclamada y espléndida "Érase una vez en Hollywood" para Netflix, centrándose en el personaje de Brad Pitt.