Shrek

La censura ha existido desde que el cine es cine. Literalmente: en 1896, un corto donde la bailarina de Coney Island Fatima Djemille (aparentemente, al menos, puesto que nadie ha averiguado su identidad exacta) bailaba durante unos segundos, se acabó proyectando con franjas arriba y abajo tapando sus aparentes partes pudendas. El problema es que llevaba ropa, pero estas barras dispararon la imaginación de aquellos tempranos espectadores de finales del siglo XIX.

Hablar de proezas en el cine es tener en mente un montón de filmes, directores y actores que han marcado una huella indeleble en la industria, sin embargo, cuando de estar en el gusto del público y al mismo tiempo, conquistar a los críticos de la Academia, muy pocas han podido marcar capítulos en la historia, tal como lo ha hecho una adaptación al cine de los libros de J. R. R. Tolkien que ha establecido un récord complicado de superar.