Las sagas de El Señor de los Anillos y de Harry Potter tienen varios aspectos en común, como unos mundos de fantasía o el hecho de utilizar la magia para combatir. A su vez, es innegable que ambas franquicias cuentan con dos de los magos más poderosos de la historia: Dumbledore y Gandalf. De hecho, hubo una vez que se podría decir que intercambiaron sus puestos de la forma más extraña y sorprendente, como sucedió en El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos.