ChatGPT

Observar el desarrollo de la IA generativa es de lo más curioso. En Estados Unidos son las grandes tecnológicas, y startups como OpenAI, las que han marcado el ritmo. En China, las empresas además están desarrollando sus modelos, pero el Gobierno tiene un particular interés en empujar esta tecnología con fines tecnológicos, claro, pero también sociales y galenos. Y ahora Latinoamérica se ha unido para crear su propio ChatGPT.

Google está extendiendo las patas de su inteligencia artificial Gemini a todos sus productos. Y desde hace un tiempo además está llegando de manera progresiva a la app de Mensajes en teléfonos Android, pudiendo conversar con el asistente sin salir del cliente de mensajería RCS y SMS.

Elon Musk ha anunciado que xAI, la startup de inteligencia artificial que fundó en 2023 para competir con OpenAI, ha adquirido X, la red social anteriormente conocida como Twitter. Según ha explicado, la operación se ha cerrado por medio de un canje de acciones.

La valoración. Durante los últimos meses, se ha especulado mucho sobre el valor de xAI y de X, con cifras que cambiaban según las distintas rondas de financiación.

Con ChatGPT y el modelo DALL·E, cualquier persona puede transformar una foto en una ilustración inspirada en las animaciones japonesas del Studio Ghibli. Solo hace falta subir la imagen, usar instrucciones genéricas y pedir ajustes visuales que remitan al estilo.

Pero atención: la herramienta es para uso personal y creativo no comercial.

A lo largo de los últimos años, estamos siendo testigos de una carrera frenética entre las dos más importantes potencias mundiales por liderar el desarrollo y la implementación de la inteligencia artificial.

Por un lado, las grandes compañías tecnológicas norteamericanas han apostado decididamente por la inversión masiva y absolutamente desenfrenada en centros de datos dedicados al desarrollo y entrenamiento de la inteligencia artificial.

En los últimos años, el uso de obras protegidas por derechos de autor para entrenar modelos de inteligencia artificial ha generado un intenso debate legal y ético. Sin embargo, los límites de esta práctica siguen siendo difusos. Ahora, un nuevo movimiento en los tribunales ha dado un respiro a las grandes tecnológicas, inclinando la balanza a su favor.

La victoria (parcial) de Anthropic. Esta semana, la empresa detrás del chatbot Claude consiguió un fallo favorable.

En las últimas horas, las redes sociales se han llenado de imágenes generadas por inteligencia artificial con estilos visuales tan reconocibles como espectaculares. Hay reinterpretaciones de escenas históricas al estilo Studio Ghibli, vacaciones que parecen sets de LEGO o fotografías convertidos en personajes de los Muppets. Además hay versiones en Pixel Art. Todo con un nivel de detalle sorprendente.

Detrás de esta fiebre está ChatGPT.

La nueva herramienta de generación de imágenes de ChatGPT ha generado un gran aluvión de publicaciones muy diversas en redes sociales. Hasta el punto de retrasar su llegada a los planes gratuitos. Algunas de las ideas que se han publicado en redes han sido realmente buenas, como es el caso de un cineasta que ha reeditado el tráiler de 'El Señor de los Anillos' para darle un estilo de Studio Ghibli.

La inteligencia artificial está transformando el mundo laboral y empresarial a una velocidad nunca antes vista. Sin embargo, este avance tecnológico además plantea un reto importante: medir el impacto real de la IA en la productividad. Las métricas tradicionales no capturan correctamente el aporte de la IA ya que solo se centran en factores concretos del proceso, no en lo que los economistas denominan productividad total de los factores.

Abre cualquier red social y lo verás: fotos de perfil transformadas en personajes anime creados por el Studio Ghibli y memes clásicos reimaginados con el inconfundible estilo japonés. Esta revolución estética tiene un nombre: ChatGPT y su capacidad para transformar cualquier imagen con su último modelo GPT-4o para los suscriptores plus.