El envejecimiento no tiene por qué ser sinónimo de pérdida de masa muscular. A partir de los 50 años, es cierto que el cuerpo experimenta cambios como la reducción de la producción de testosterona y la disminución de la síntesis proteica. Sin embargo, con un enfoque adecuado en el entrenamiento, la nutrición y la recuperación, es posible ganar músculo, mejorar la fuerza y mantener un cuerpo funcional y saludable.