Ya hemos visto cómo
Airbnb ha ido perdiendo su esencia inicial. Tanto que hasta su CEO se ha lamentado de no ponerle más control antes.
La web pasó de ser un sitio de consumo colaborativo, donde el visitante pagaba y el huésped podía recibir un dinero que le ayudase a hacer frente a los gastos de su hogar o de sacar algo de rentabilidad a su propiedad, a un negocio usado por fondos de inversión que hacen muchísimo dinero y que ha encarecido la vida de las ciudades. Tanto que los propietarios dejan las llaves en unos cajetines con códigos y así ni siquiera se saludan.
Viví una época en un sitio genial de
Airbnb, que ahora se vende. El problema de la vivienda no es
Airbnb como tal, Italia ha prohibido esas cajas tan impersonales para recoger las llaves que en muchas ciudades llenan los portales de acceso a los edificios. El Ministerio de Interior ha anunciado que el uso de cajas de llaves y teclados será vetado.
En realidad, el objetivo no es
devolver a
Airbnb a su esencia inicial de tener más trato entre personas. Aunque lo vaya a lograr. Pero la medida busca advertir riesgos de orden público y seguridad. Es algo que arrancó en Florencia y, como ha funcionado, se lleva a toda Italia. Como recoge Xataka: el plan es combatir posibles riesgos de terrorismo y crimen organizado.