El nombre de Emmanuelle lleva una sonrisilla pícara a las caras de toda una generación. En 1974, Sylvia Kristel se convirtió en el icono erótico definitivo de la década gracias a su perfecta interpretación en un filme torpe y camp (vista ahora) que fue terriblemente destacado en la sociedad de la época y que abogó por la libertad sexual femenina con lo que entonces se calificó como "porno light" y ahora sabemos que era simple erotismo. Light, todo sea dicho.