Se me ha quedado grabado. Es una sensación extraña. Perturbadora como mínimo. Inquietante. Son los adjetivos que me vienen a la mente cuando pienso en Amira, el robot ultrarrealista que ha enseñado en el Mobile World Congress la empresa Engineered Arts. Un robot con aspecto de mujer, peluca y expresiones faciales muy logradas. Un robot que además reacciona ante lo que le digamos o incluso si saludamos con la mano.