Hace casi un año accedí, a pincharme un glucómetro sin ser diabético simplemente para contar a mis lectores de qué iba eso en clave de rendimiento deportivo y de conocer nuestro cuerpo, y qué ventajas podía aportar. No hubo subida salarial como para justificar que mi trabajo ya estuviese rebasando ciertas líneas rojas de mi vida personal y de mi propia sangre.