Entre que me gustaba ver perritos que me recordaran a mi Lola y que suelo seguir a cuentas (decentes) de recetas y restaurantes interesantes para visitar, cuando me quise dar cuenta Instagram se había convertido en un continuo bombardeo de perritos y foodies de toda índole. Busqué a mis jugadoras de pádel favoritas y en cuestión de tiempo el algoritmo me devolvía todo tipo de trucos de mi deporte favorito.