Tras el Festival de Sitges y ahora con los maratones de cine por Halloween, tenemos historias de terror por todas partes. Lo cual es curioso porque, en teoría, deberíamos evitar el horror, el pánico. Pero nos atrae, permanentemente ha sido un género muy popular. Aun así, me llama la atención cuando alguien a quien le encanta el cine me reconoce que se niega a ver filmes de terror porque sufre demasiado, y no disfruta lo que está viendo. Claro, tiene sentido.