Uno de los más importantes caprichos de lo millonarios es comprarse un yate, aunque no faltan quienes prefieren invertir en submarinos privados. Estos pequeños navíos puedes desplegarse desde embarcaciones más grandes y permiten explorar las profundidades del océano desde una perspectiva única.
A lo largo de los últimos años hemos visto aparecer en escena submarinos privados con distintos precios y cualidades. Un vehículo llamado Nemo costaba más de medio millón de euros.