algoritmos

Las ideas es mejor ponerlas en marcha cuanto antes. Es la única manera de comprobar si son buenas o no. En el caso de RSS Magazine, el proyecto nace con el mal augurio del mismísimo Dave Winer que me advirtió por email de que iba a ser bastante difícil conseguir que la gente aceptase la idea.

Pero ¿de qué idea estamos hablando? En realidad, la idea fue de Dave Rupert creando, a mediados de 2023 el Club RSS.

Cuando ves a un grupo de músicos ingleses lanzando afectadamente un álbum silencioso como protesta por el uso que creen que la inteligencia artificial hace de sus obras, te das cuenta de que es fundamental poner fin a la voracidad del copyright y de la propiedad intelectual, si no queremos que un modelo completamente anticuado, sin sentido y que jamás ha protegido a los creadores se convierta en un freno a la innovación.

¿Cómo recuperar la experiencia de cliente que teníamos en internet
antes de que fuera colonizado por las plataformas comerciales?

Las redes sociales transformaron el mundo digital abriendo cauces
inéditos de participación personal y colaboración comunitaria.

En pleno auge de las herramientas de inteligencia artificial generativa, la consultoría se encuentra en medio de una revolución relativamente silenciosa y profundamente transformadora que podría resultar trascendental de cara a su futuro.

La consultoría tradicional se basa en un modelo intensivo en mano de obra generalmente muy cualificada, con grandes equipos dedicados a investigar, analizar datos y formular recomendaciones a medida.

En un mundo cada vez más dominado por algoritmos, el regreso a herramientas de contenido más simples como las fuentes RSS está ganando popularidad entre los clientes de internet que buscan retomar el control sobre qué información consumen a diario. Surgidas hace más de dos décadas, las fuentes RSS ofrecían una solución para seguir las actualizaciones de numerosas páginas web sin tener que visitarlas constantemente.

Un artículo, «New junior developers can"t actually code«, sobre las nuevas generaciones de desarrolladores y sus dificultades para aprender a programar en un entorno en el que las herramientas de inteligencia artificial generativa pueden hacerlo por ellos, me ha resultado enormemente interesante, tanto por lo que tiene de experiencia en una profesión que suele adelantarse a las tendencias, como por la sensación de déjà vu con respecto a otras tecnologías anteriores.

La subasta que Christie’s ha anunciado entre el siguiente 20 de febrero y el 5 de marzo, titulada «Augmented Intelligence«, está siendo fuertemente polémica, con cartas de protesta con unos pocos miles de firmas, peticiones de cancelación y ofendidísimos artistas que advierten sobre los peligros de la inteligencia artificial.

«Antes de que nadie en Internet hiciera nada, HyperCard lo hacía todo». Así de contundente cierra el artículo de Ars Technica dedicado al HyperCard, "un conjunto de software que permite a los no programadores crear información interactiva", en palabras de su propio creador, Bill Atkinson, para la revista Computer Chronicles en 1987.

DeepSeek es la inteligencia artificial (IA) del momento. De eso no cabe la menor duda. Ya lleva casi tres semanas ocupando el centro de atención, y no es para menos si no pasamos por alto que el debate acerca del hardware utilizado por esta empresa china para entrenar su modelo de IA sigue encima de la mesa. Y también el coste de este proceso. A continuación de DeepSeek han llegado otros modelos de IA que presumiblemente son incluso más económicos, como s1, pero esto no es lo más relevante.

Si hay algo que me fascina cuando hablamos de transformación digital, es la manera en que la adopción de ciertas tecnologías pueden trastocar por completo nuestros hábitos laborales en un plazo de tiempo corto.