Algo muere dentro de mí cuando le hablo de eMule a alguien y me responde: "¿qué es eso?". Lo que para una generación fue una de las aplicaciones más usadas, para otras es algo completamente desconocido. Señal de que me hago mayor, de que ahora hay otras muchas formas de compartir contenidos, como Telegram.
Pero a pesar de todo, sigo teniendo eMule instalado en mi Mac para abrirlo cuando lo necesito. Y lo sigo necesitando.