Ya hemos visto la historia de cómo Bill Gates y Elon Musk pudieron haber sido socios pero, tras un paseo por las instalaciones de una fábrica de Tesla, acabaron en muy malos términos.
Ambos líderes, que figuran entre las personas más millonarias del planeta, han mostrado abiertamente ideas muy diferentes hacia la situación de la política y la manera de hacer frente a problemas sociales, climáticos y globales.