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Tim Cook se levanta a las 3:45 de la mañana para empezar su día como CEO de Apple. Él mismo reconoce que ha perdido la cuenta hasta del número de cafés que toma al día. Y es que mantener la disciplina no se trata de estar rodeado de restricciones, se trata de crear orden. Las personas altamente disciplinadas han dominado este arte. Tienen rutinas que siguen religiosamente, especialmente en las primeras horas del día.

Imagina que estamos en 1983, pero no en la España de Suárez. Nos encontramos en la puerta del que sería el tercer campus oficial de Apple, situado en la concurrida zona de Bandley Drive en Cupertino. El Apple Park todavía ni existe. Es primavera, uno de esos que invitan a pasear hasta el anochecer.

Y el edificio que tenemos enfrente de nosotros es Bandley 3, un futurista para la época espacio rodeado de zonas verdes. Fue en este sitio donde comenzaron las extravagancias, las locuras.

Nuestros sistemas sensoriales, como la vista y el oído, procesan información a una escala impresionante. Por ejemplo, solo los conos de la retina pueden transmitir información a una tasa de hasta 1,6 gigabits por segundo.

Pero, a pesar de la riqueza de datos que recibimos, nuestra capacidad consciente para filtrar, interpretar y actuar se reduce considerablemente. De modo que, el flujo de información que somos capaces de procesar disminuye notablemente.

Aunque salió mejor parado mentalmente que su madre en la ficción (lo que Stanley Kubrick le hizo pasar a Shelley Duvall no tiene nombre), el niño de 'El fulgor' ('The Shining', 1980) nunca consiguió ir más allá en su carrera como actor. Como el clásico de Kubrick siempre vuelve por un motivo u otro, seguro que te has preguntado recientemente: ¿qué fue de Danny Lloyd?

Daniel Edward Sidney Lloyd nació en 1972, en Tremont (Illinois, Estados Unidos).