Ahora, eso permite a la policía registrar visualmente el interior de un vehículo con los cristales tintados si se encuentra aparcado en la calle y sin necesidad de pedir para ello una orden judicial, porque a todos los efectos, y dada la ubicuidad y fácil acceso de esa tecnología, es como si los objetos que pudiesen encontrarse en el interior del vehículo estuviesen simplemente «expuestos a la vista».