Fue como una estrella fugaz. Su paso por Apple duró poco más de un año, desde la mañana del 2 de febrero de 1996 hasta el martes 8 de julio de 1997, cuando presentó su dimisión harto de ver cómo Steve Jobs conspiraba contra él y organizaba un "golpe de estado" para destituirlo. Pocos meses luego, Steve Jobs pasaría a ser el director ejecutivo interino, el 16 de septiembre. Figura que finalmente se solidificaría y daría a Jobs plenos poderes como CEO.