La
crisis de los
huevos sigue azotando Estados Unidos. Además muchos otros países, pero Estados Unidos está protagonizando un momento en el que el precio de los
huevos es verdadero termómetro económico. Tras un aumento de más del 50% interanual en enero de este año y unas previsiones de subidas de más del 41% a lo largo de 2025, hay quien ya está recurriendo a algo digno de la ley seca o los productos prohibidos.
Porque sí, ya hay algo que preocupa a los agentes fronterizos estadounidenses tanto como el tráfico de drogas: el tráfico ilegal de
huevos mexicanos.
Huevoflacción. Estados Unidos vive desde hace años una espiral negativa en lo que respecta a sus
huevos. Hace justo un año ya nos hacíamos eco de cómo los consumidores estadounidenses advertían que sus
huevos eran cada vez más quebradizos, encontrando más y más trozos de cáscara cuando los rompían. Es el resultado de un cúmulo de factores: una gripe aviar que ha acabado con millones de aves y la necesidad de sacrificar a otros tantos millones, así como la necesidad de mantener a sus gallinas ponedoras sanas más tiempo en tarea.
Cuanto más envejece es la gallina, menos
huevos y de menor calidad produce, pero los granjeros se ven obligados a mantenerlas debido a que la rueda de consumo no puede parar. Y la producción nacional ya está bastante tocada.