Las noticias sobre la caída en ventas de
Tesla, la primera vez que la marca reporta un descenso de las ventas anuales frente al año previo, han querido ser interpretadas por muchos como un supuesto punto de inflexión en el crecimiento del vehículo eléctrico.
Algo, y sus ventas eran representativas de la pujanza que los vehículos eléctricos empezaban a tener en cada vez más países. Eso, ya no es así: acabamos de vivir el
gran desacoplamiento, el momento en que las ventas de la compañía que sin duda lanzó el vehículo eléctrico al estrellato, dejan de representar la tendencia general, y se convierten simplemente en una marca más, relevante sin duda por su capacidad de marcar tendencias gracias a la pujanza de su I+D , pero cuyas ventas se mezclan en un panorama marcado por muchas otras compañías, sobre todo chinas.
En efecto, las ventas de
Tesla han retrocedido en 2024 frente a 2023, pero la industria del vehículo eléctrico va absolutamente viento en popa. En noviembre de 2024, las ventas de vehículos eléctricos en el Reino Unido mostraban un crecimiento del 58% en noviembre de 2024, aunque siendo como son fuertemente estacionales, los agoreros seguían hablando de fin de ciclo de crecimiento cada vez que finalizaba el pico de venta anuales. De hecho, esa estacionalidad no se debe a la evolución de la demanda, sino a la periodicidad de los envíos que
Tesla hace a las islas.