Existen dos tipos de personas en el mundo: las que son adictas al queso y las que no. Este alimento básico es alabado por algunos dietistas y criticados por otros, al igual que sucede en la ciencia. La razón es que llamamos queso a muchas formas de este alimento diferentes, unas de ellas sí son muy interesantes a nivel nutricional, pero otras no son más que un ultraprocesado más. Una
dietista reveló en una entrevista cuál es su queso favorito y por qué ese y no otro.
El queso es el complemento perfecto de muchas comidas o el aperitivo perfecto para picar entre horas o como entrante mientras se calienta la comida. Este alimento milenario tiene hoy en día 2,000 variedades, razón por la cual encontramos expertos que nos invitan a consumirlo y otros que citan que es mejor rechazarlo.
Al igual que ocurre cuando metemos en el mismo saco a la carne blanca de ave con la carne roja procesada, el queso puede ser sano y no serlo. Este alimento, como lácteo que es, contiene una cantidad relevante de grasa saturada. Este tipo de grasa suele asociarse a enfermedades como las cardiovasculares, pero siempre debemos mirar el alimento en su totalidad, no por un grasa en sí misma.
La evidencia científica ha llegado al consenso que el consumo de queso tiene beneficios para la salud humana. El miedo a los lácteos enteros por la grasa saturada se basa en mitos que se centran únicamente en ese tipo de grasa sin distinguir un buen queso de un bollo de chocolate.