Si te parece que los
Oscar tienen demasiadas categorías, no sabes ni la mitad: hay incluso más de las que llegamos a ver. Lo que pasa es que una de ellas presenta unas exigencias tan altas para que los filmes sean nominadas que permanentemente ha permanecido desierta. Este año, de hecho, alguna película más destacado podría optar a ella, pero un año más quedará vacía. Y detrás de su existencia hay una larga historia relacionada con la música en el cine.
Musicales reciclados. La problemática de esta extraña categoría se remonta a los años treinta, cuando la costumbre habitual para las bandas sonoras de los filmes era el uso no de bandas originales exclusivas, sino de composiciones musicales previas. Todos hemos visto filmes de los años treinta en los que suena 'El lago de los cisnes' u otras piezas de música clásica, y Hollywood se dio cuenta de que era un problema cuando en 1938 'Loca por la música', un film sin composiciones originales y en cuyos créditos ni siquiera figuraba un compositor, recibió un
Oscar a la Mejor banda sonora. Por ello, desde 1939 se premió además a la Mejor banda sonora original, que ganó la mítica 'Robin de los bosques'.
El musical arrasa. La situación volvió a cambiar con nuevas categorías en 1942, cuando los musicales se convirtieron en moneda común en los cines. Frank Churchill and Oliver Wallace ganaron a Mejor banda sonora de musical por 'Dumbo', venciendo a nueve contrincantes.