Las heridas y llagas que nos salen en la boca no suelen ser un problema de salud alarmante, pero sí pueden ser dolorosas y molestas. Además, no todas son iguales y conviene diferenciarlas para saber cómo tratarlas. En este artículo te explicamos qué son las aftas, cómo reconocerlas, cómo tratarlas y cómo distinguirlas de otras lesiones
bucales.
Un afta es una pequeña úlcera que puede aparecer en el interior de los carrillos o los labios, en la lengua, el paladar o las encías. Su aspecto es el de un círculo rojizo e inflamado con un centro de color blancuzco o amarillento. Suelen ser dolorosas.
-Víricos: un afta puede ser una manifestación de la infección de distintos virus. No se llama afta cuando es resultado del virus del herpes, que da lugar a heridas un poco diferentes (luego explicaremos esas diferencias).
-Alteraciones del sistema inmunitario, como algunas alergias alimentarias, pueden dar como resultado la aparición de aftas.
Además de estas causas, hay algunas situaciones que hacen que las personas estén más predispuestas a sufrirlas. Por ejemplo, una bajada de defensas a consecuencia del estrés, una falta de algunos minerales o vitaminas, como el hierro o la B12 o cambios hormonales como el embarazo o la menopausia.
En la mayoría de los casos los aftas no precisan de un tratamiento concreto, sino que evolucionan y suelen desaparecer en un par de semanas (el dolor dura solo los primeros días).