Mi columna de esta semana en
Invertia se titula «El petróleo y el cambio de era» (pdf), y es un intento de hacer entender a los lectores que el esquema de producción de energía que han conocido durante toda su vida y durante la de las generaciones anteriores está a punto de cambiar dramáticamente.
Para ello, hago referencia a un artículo muy interesante (sin muro de pago aquí) que describe cómo el ascenso imparable de las cada vez más grandes compañías chinas de energía solar de nombres aún muy poco conocidos por el gran público, como Tongwei, LONGi, GCL-Poly, Trina Solar, JinkoSolar y otras está desafiando el dominio de los gigantes petroleros tradicionales que resultan mucho más conocidos, como Exxon Mobil, Shell y cualquier otra de las llamadas hace años «las siete hermanas«.
Esas empresas de producción de infraestructura para la producción de energía solar ya rivalizan con las grandes petroleras en eficiencia de producción de energía, lo que indica un cambio significativo en el panorama energético mundial. El ascenso de las compañías de energía solar está siendo tan rápido y significativo, que por primera vez en la historia podemos ver cómo la inversión en energía solar sobrepasa a la producción de petróleo, marcando una transición imparable.
¿Por qué es histórico este sorpasso? Simplemente, porque responde a un factor fundamental: la energía solar es la forma más barata, con gran diferencia, de producir electricidad.