En las últimas semanas, la sanidad privada para miles de funcionarios (y sus familiares) estaba en peligro. El fin del convenio entre el Estado y las diferentes aseguradoras privadas llegó a su final y tocaba empezar a renovarlo. El problema es que las aseguradoras no estaban de acuerdo con el dinero que se les iba a pagar en la renovación, dejando desierto a
Muface.
Este tira y afloja se ha encontrado con una gran cantidad de problemas a lo largo del tiempo. Una primera propuesta rechazada, una parte del
Gobierno pidiendo que todos los funcionarios pasasen a una sanidad pública ya muy tensada y unas aseguradas que pedían mucho más dinero. Finalmente, tras los últimos ajustes que ha hecho el
Gobierno, parece que
Muface va a seguir con vida al menos los siguientes 3 años.
La inflación o el incremento en la edad de los asegurados en
Muface hacía que las aseguradoras afirmaran que estaban perdiendo dinero por ofrecer sus servicios. De esta manera presionaban dejando los contratos desiertos para abocar a los funcionarios a un auténtico precipicio.
Pero finalmente han terminado cediendo. Solo ha hecho falta que el
Gobierno incrementara el presupuesto hasta los 4,808,5 millones de euros en los siguientes tres años, con una dotación adicional de 330,5 millones de euros según El Mundo.