El pasado fin de semana,
Netflix se enfrentó a su prueba de fuego en el mundo del streaming en directo retransmitiendo el esperado combate de boxeo entre
Jake Paul, la exestrella de
YouTube (hermano del polémico Logan Paul) de 27 años, y
Mike Tyson, el legendario excampeón de peso pesado de 58 años.
Con este evento, al haber alcanzado las 65 millones de retransmisiones simultáneas, una cifra sin precedentes en la industria.
Sin embargo, no todo fue gloria: el evento quedó marcado no sólo por el dato de audiencia ni por el triunfo de Paul, sino además por los graves problemas técnicos que empañaron la experiencia de los espectadores, a imagen y semejanza de lo ocurrido en el pasado con HBO o con Mitele Plus.
"Este nivel de escala sin precedentes creó muchos desafíos técnicos", afirmaba el Director de Tecnología (CTO) de
Netflix en un comunicado interno. "El equipo priorizó la estabilidad del stream para la mayoría de los espectadores". Sin embargo, el mensaje además admitió que una parte significativa de clientes experimentó problemas de calidad.
El CTO concluyó su mensaje interno reconociendo "la necesidad de mejorar", pero también calificó el evento como un "gran éxito". Una opinión que, según las redes sociales, no todos comparten.
Y es que, mientras algunos espectadores disfrutaron del evento sin inconvenientes, otros denunciaron haber sufrido caídas constantes, bloqueos y una calidad reducida.