Las llamadas «tecnologías de propósito general» son aquellas que, debido a su potencial para alterar drásticamente las sociedades a través de su impacto en las estructuras económicas y sociales preexistentes. Solían abreviarse como
GPTs, pero como ocurre tantas veces a lo largo de la historia de la tecnología, me temo que ahora, cuando hablas de GPT, la gente tiende a pensar más en otras cosas.
En su libro «Economic transformations:
general purpose technologies and long-term economic growth» escrito en enero de 2006, estimaban en veinticuatro el número de tecnologías definidas como de propósito
general que habían surgido a lo largo de toda la historia humana, e incluían entre ellas la agricultura, la fabricación industrial, la metalurgia de materiales como el bronce o el hierro, la máquina de vapor, la escritura, la imprenta, la electricidad, el automóvil, y por supuesto, como ejemplos más recientes, internet o el smartphone.Â
Existen muy pocas dudas sobre el carácter de tecnología de propósito
general de la inteligencia artificial, sobre ello se han escrito ya desde tesis doctorales hasta review papers. La historia de la humanidad está fuertemente vinculada al desarrollo de la tecnología, y está marcada por oleadas de innovación que transforman nuestra sociedad.