La
identidad digital se ha convertido en un activo tan preciado como vulnerable. Millones de personas en todo el mundo utilizan diariamente sus perfiles en línea para interactuar, sin ser plenamente conscientes de los riesgos que esto conlleva. El robo de
identidad digital es una
amenaza en aumento que puede tener consecuencias devastadoras para sus víctimas.
La
identidad digital de una persona está compuesta por toda la información personal que existe sobre ella en internet. Esto incluye perfiles en redes sociales, cuentas de correo electrónico, historiales de navegación y compras en línea, entre otros datos. Esta huella
digital se ha vuelto tan destacado que, en muchos aspectos, puede considerarse una extensión de la
identidad física.
El robo de
identidad digital ocurre cuando un ciberdelincuente obtiene acceso no autorizado a la información personal de un individuo y la utiliza para fines fraudulentos. Estos pueden añadir:
Según expertos en ciberseguridad, los casos de robo de
identidad han aumentado significativamente en los últimos años, en parte debido al incremento de las tareas en línea durante la pandemia de COVID-19.
El robo de
identidad digital no solo tiene implicaciones financieras para las víctimas, sino que además puede afectar su reputación y relaciones personales. En muchos países, las leyes se están actualizando para abordar este delito de manera más efectiva, pero la prevención sigue siendo la mejor defensa.