Hace algunos meses, el
Departamento de Justicia publicó unas diapositivas internas de Apple en las que cargan contra la empresa de
Alphabet. Hasta aquí nada nuevo: las empresas rivales señalan aquello que quieren emular o no quieren repetir. Pero es que estas diapos dicen, sin paños calientes y específicamente, que las prácticas de
Google son espeluznantes. Que los teléfonos
Android "son dispositivos de rastreo masivo".
A Apple le preocupa la seguridad. Solo hace falta recordar cómo presentó Apple su modelo Apple Intelligence: como una red descentralizada que nunca extrae datos en local, sin comprometer la seguridad de los clientes. Por otro lado, y con el fin de evitar monopolios, Estados Unidos quiere que
Google venda Chrome, entendiendo que este navegador se ha convertido en una herramienta sinónima de buscador. Una batalla que podría poner en peligro la relación de ambas marcas.
No olvidemos que Apple y
Google, independientemente de sus diferencias, son socios y tienen unos acuerdos comerciales muy potentes. No está del todo clara la cifra, pero hay quien dice que los de Cupertino se embolsan cada año entre 15 y 18,000 millones de euros por dejar que
Google sea el buscador por defecto del iPhone. Y no hablemos de
Google Cloud, un servicio del que Apple también hace uso. La dependencia todavía es real.