Las emblemáticas sondas espaciales
Voyager 1 y
Voyager 2, lanzadas hace casi 50 años, se están quedando sin energía. Con tal de no perderlas, la
NASA ha tomado la decisión de apagar otros dos instrumentos para extender su vida útil.
Un instrumento menos en cada
Voyager. El pasado 25 de febrero, el equipo de misión apagó el subsistema de rayos cósmicos de la sonda
Voyager 1, que estudiaba partículas de alta energía en el espacio interestelar.
El instrumento ha estado haciendo ciencia todo este tiempo y en 2020 permitió detectar por primera vez cómo los electrones provenientes del Sol se aceleran al rebotar en las ondas de choque a medida que se desplazan fuera del sistema solar. La
Voyager 1 es el objeto fabricado por humanos que más lejos está de la Tierra y que más tiempo lleva internándose en el espacio interestelar.
Por qué las
Voyager reciben más luz que una noche de luna llena si están a 20,000 millones de kilómetros del Sol
El próximo 24 de marzo, la
NASA apagará además el instrumento que mide partículas cargadas de baja energía en la
Voyager 2. Estos movimientos buscan reducir el consumo energético de las sondas, que dependen de un generador de radioisótopos cuyo plutonio se está agotando. Ambas pierden alrededor de 4 vatios de potencia cada año.
Apenas quedan instrumentos operativos. La
NASA lleva tiempo apagando funciones de las
Voyager para prolongar su vida útil.