El gigante sueco del fast fashion, H&M, con más de 4,300 tiendas en todo el mundo, ha anunciado que comenzará a utilizar clones digitales de modelos, generadas por medio de inteligencia artificial, para sus desfiles.
La compañía sabe perfectamente que su decisión va a ser polémica, y de ahí que trate de prevenirse de todas las formas posibles: el uso de modelos generadas por inteligencia artificial se llevará a cabo permanentemente que los modelos den su permiso para ello, y estará sujeto a un esquema de compensación que pagará al modelo real por el uso de su réplica digital, según las tarifas que hayan acordado sus agentes. Además, esas imágenes se utilizarán por el momento únicamente en redes sociales, y con un aviso visible que archivo de la naturaleza digital del modelo. Según la compañía, «la mejor manera de proteger los trabajos y los derechos de las modelos en la era de la inteligencia artificial es incorporarlas al proceso».
¿De qué hablamos? Fundamentalmente, de
eufemismos.