Uno de los más importantes caprichos de lo millonarios es comprarse un yate, aunque no faltan quienes prefieren invertir en submarinos privados. Estos pequeños navíos puedes desplegarse desde embarcaciones más grandes y permiten explorar las profundidades del océano desde una perspectiva única.
A lo largo de los últimos años hemos visto aparecer en escena submarinos privados con distintos precios y cualidades. Un vehículo llamado Nemo costaba más de medio millón de euros. Aquellos con más presupuesto podían optar por el  Triton 660 de más de 2,5 millones de euros.
En medio de estas dos alternativas se encuentra el
Super Falcon 3S. Se trata de un submarino personal de poco menos de 2 millones de euros que destaca por un aspecto: se parece muy poco a los otros modelos con lo que compite. Es como un avión que puede moverse debajo del agua.
La compañía lleva impreso este concepto en su propio nombre (DeepFlight), que podemos traduce al español como Vuelo Profundo Como sugiere el trío de cúpulas esféricas que aparecen en las imágenes del submarino, el
Super Falcon 3S ha sido diseñado para llevar un máximo de tres personas.
Cada una de ellas tiene a su disposición un sistema completo de controles. Esto permite que cualquier persona abordo pueda tomar el control. Por ejemplo, alguien más experimentado puede cederle los controles momentáneamente al propietario del submarino para que pueda vivir una experiencia más completa.