Los filmes de la saga
Harry Potter están repletas de curiosidades y secretos para lograr sus efectos mágicos en los escenarios o con los hechizos que realizan los magos. Uno de los más populares e icónicos de todos es el
Patronus, el cual se trata de un hechizo defensivo que es capaz de generar una poderosa fuerza de energía positiva y es el que se emplea sobre todo para hacer frente a los temibles dementores.
Una de las mayores cualidades de esta magia es que adopta la forma de un animal que varía dependiendo de cada mago. Al verlo en la pantalla podría dar la impresión de que simplemente se trata de un efecto especial realizado de manera digital, pero lo cierto es que el equipo de producción se las ingenió para poder llevar a cabo un truco que les permitió involucrar a animales reales en la elaboración de este hechizo.
Para representar al
Patronus de
Harry Potter, que es conocido por adoptar la espectacular forma de un ciervo, se emplearon animales perfectamente entrenados a los que se les equiparon unos trajes especiales compuestos por una red de luces LED que estaban colocadas alrededor del cuerpo. El motivo detrás de esta idea es que servía de gran ayuda a los actores para que tuvieran un punto de referencia para saber a dónde tenían que mirar exactamente, ya que tener una fuente de luz les vino de maravilla para meterse más de lleno en la escena.