Ponte en situación: acudes mañana a laborar como cada día y, por puro instinto primario, te entra la necesidad de ir al baño. Acudes con plena normalidad, te lavas las manos, sales y vuelves a tu puesto. En ese momento aparece tu jefe pidiéndote explicaciones y descontándote esos minutos de tu jornada laboral, ya sea teniendo que compensarlo luego o quitándote algo de sueldo.
Suena absurdo y de hecho lo es. Sin embargo, en Suiza no deben pensar eso. O no todos, ya que un
tribunal suizo ha dictado una sentencia que permite que las empresas puedan vigilar las ausencias por ir al baño. Algo que en muchas empresas, sería una absoluta locura independientemente de qué diga la ley.
Son varios los países, con debates laborales en torno a la subida del salario mínimo o la reducción de la jornada laboral. Sin embargo, en Suiza parecen llevar un camino prácticamente inverso con eso de sancionar a quienes acuden al servicio en su jornada laboral. O más bien, permitir que las empresas lleven un registro de las veces que se acude al baño, pudiendo así registrarlo como tiempo no efectivo de
trabajo.
La Generación Z tiene clara la solución a su problema de productividad. El 81% pide una jornada laboral de cuatro días.