El
Departamento de
Eficiencia Gubernamental (DOGE) de
Elon Musk trabaja a toda máquina en estos días. Sin embargo, toda esa
energía ha demostrado no estar permanentemente bien enfocada, como demuestra la reciente polémica en torno al despido (y posterior intento de readmisión) de unos 350 empleados del
Departamento de
Energía...
...de los que se quiso prescindir sin imaginar que entre ellos se encontraban expertos en ensamblaje de ojivas nucleares, así como en control de armamento y residuos nucleares.
La acción del DOGE ha provocado una oleada de críticas debido a la forma indiscriminada en que fueron ejecutados los recortes. Según la CBS, los que supervisaron dichos despidos pensaron que estaban cesando a empleados en periodo de prueba o a simples administrativos sin indagar en la naturaleza de sus funciones.
Muchos señalan que esta decisión del DOGE refleja un patrón que ha caracterizado otras iniciativas lideradas por Musk en el ámbito privado: despedir primero y evaluar a continuación.
Inicialmente, los despidos habían afectado a unos 2,000 empleados en todo el
Departamento de
Energía, que incluían a los 350 de la polémica, adscritos a la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA), la entidad encargada de gestionar el arsenal nuclear del país.
Elon Musk despidió hace días a 3,700 trabajadores de Twitter.