Hace más de una década se celebró junto al río
Danubio, el primer espectáculo de drones del que se tiene registro. Fue durante un festival de música local, con pocos dispositivos voladores pero con un despliegue técnico enorme. Desde entonces, este tipo de exhibiciones no ha dejado de evolucionar.
Hoy, los drones se han convertido en una alternativa cada vez más popular a los fuegos artificiales. Estados Unidos y China han tomado la delantera con espectáculos multitudinarios, pero los Emiratos Árabes Unidos quieren llevar la propuesta un paso más allá. Y están dispuestos a esforzarse para lograrlo.
Hablar de Emiratos Árabes es hablar de un país acostumbrado a los megaproyectos. Desde el Burj Khalifa hasta la isla artificial Palm Jumeirah, pasando por la futura torre con reloj más alta del mundo, sus ambiciones no conocen límites. Detrás de este despliegue hay una estrategia clara: diversificar la economía y reducir la dependencia del petróleo.
Uno de los últimos pasos en esa dirección es convertir Abu Dabi en un polo cultural y tecnológico. El jeque Khaled bin Mohamed Al Nahyan ha apostado por un espectáculo inédito: la mayor exhibición de drones del mundo. El objetivo es lanzar al cielo más de 10,000 drones iluminados, coordinados en tiempo real para formar imágenes tridimensionales.
El reto no es menor. Hasta ahora, pocos han conseguido operar tal cantidad de drones de forma simultánea.