Aunque las críticas a las adaptaciones cinematográficas de 'Cincuenta sombras de Grey' fueron atroces, las películas fueron un éxito en taquilla. Los intentos de emularlas han llegado con bastante retraso, como lo fue en su momento '365 días' (esa aberración que causó furor en Netflix) o ahora 'Pídeme lo que quieras', la adaptación de una popular saga erótica que salió al calor del fenómeno de E.L. James.
Nos guste más o menos, es indudable que 'Cincuenta sombras de Grey' marcó un hito en el panorama literario e inició la moda de la novela "eróticorromántica" allá por 2011, que cogía elementos del género erótico y el chick-lit dando lugar a historias donde el romance era el foco más importante, pero que además incluían un fuerte componente sexual (más o menos explícitas en función de la obra y las autoras).
Como ya sucediera en 2008 con las novelas de romance paranormal juvenil que surgieron a raíz de 'Crepúsculo' (de hecho, la propia 'Cincuenta sombras' era un fanfic de la novela de Stephenie Meyer), la saga de James inició una oleada de libros con historias similares que repetían muchos de sus elementos (ya fuera el BDSM, el romance con el millonario o los personajes con traumas).
Algunas de las más populares fueron sagas como 'Crossfire' de Sylvia Day o, por estos lares, 'Pídeme lo que quieras' de Megan Maxwell. Â La primera novela salió en 2012 y no tardó en convertirse en trilogía tras el éxito cosechado en librerías.