¿Qué ha pasado? Que el
papa Francisco ha enviado a todos sus cardenales una carta para abordar una cuestión que, recuerda, ha sido foco de "preocupaciones" para sus predecesores: la
Caja de
Pensiones del
Vaticano. Y la misiva de Bergoglio no está pensada precisamente para trasladar buenas anuncios al respecto. Más bien, busca llamar la atención tanto de la curia como de la sociedad en general (la carta se divulgó a través del servicio de prensa de la Santa Sede) sobre su delicada salud y los nubarrones que se avecinan.
"Con la presente carta pretendo llamar hoy vuestra atención sobre una cuestión que me interesa especialmente, ya que nos enfrentamos a problemas graves y complejos que corren el riesgo de agravarse si no se abordan a tiempo. Me refiero a la gestión de nuestra
Caja de
Pensiones, considerada ya entre las cuestiones centrales de la reforma económica, por haber sido objeto de 'preocupación' de los sucesivos pontífices desde su creación", arranca Bergoglio.
¿Qué es la
caja de pensiones? Básicamente, el Fondo di Pensioni del
Vaticano garantiza la cobertura del personal eclesiástico, religioso y laico, que trabaja en la Curia Romana, el Estado de la Ciudad
Vaticano y los organismos y entidades que se encarga de gestionar la Sede Apostólica. Sus cualidades y funcionamiento están plasmadas en un reglamento recogido por la propia Iglesia en el que habla de la cobertura además de cómo para los familiares del personal fallecido.