Elon Musk se dedica a jugar con sus piezas en el tablero empresarial: xAI, su compañía de desarrollo de inteligencia artificial, acaba de adquirir X, anteriormente conocida como
Twitter, en una operación valorada en 33,000 millones de dólares en acciones.
El anuncio no deja de ser llamativa: Musk, integrando así dos de sus proyectos bajo un mismo paraguas. Esta transacción, que valora xAI en alrededor de 80,000 millones de dólares, tiene cierta lógica desde la visión que Musk permanentemente promueve: la integración de inteligencia artificial avanzada con plataformas digitales masivas. De hecho, xAI llevaba ya tiempo tomando prácticamente por asalto X.com, en todos los sentidos.
Pero por supuesto, no todo es bonito: según sus cuentas, desde que Musk adquirió
Twitter por 44,000 millones de dólares en 2022, el valor de la plataforma ha caído notablemente hasta los 33,000 millones actuales al descontar la deuda. Una operación que deja en muy mal lugar a los inversores que entraron en la última ronda de financiación de X, situada teóricamente en los mismos 44,000 millones por los que la compró. La depreciación plantea numerosas dudas sobre la gestión efectiva de Musk y la capacidad real de generar valor tangible más allá de su visión estratégica.