Si buscas mejorar el tono muscular de tus glúteos, estabilizar tus caderas y añadir variedad a tu rutina, las patadas laterales, además conocidas como dirty dog, son una excelente opción. Este ejercicio, fácil pero efectivo, trabaja zonas clave del cuerpo que muchas veces olvidamos entrenar de forma específica, como el glúteo medio. En este artículo te explicamos cómo hacerlo correctamente, qué músculos implica y los yerros frecuentes que debes evitar.
Las patadas laterales o dirty dog son ideales para fortalecer los glúteos, mejorar la estabilidad y laborar músculos que a menudo se descuidan en rutinas tradicionales, como el glúteo medio.
Integrarlas en tu rutina te ayudará a tener unas caderas más fuertes, un core más estable y una musculatura más equilibrada, además de complementar tu entrenamiento habitual con un ejercicio fácil, eficaz y que no requiere equipamiento especial. Este
movimiento activa principalmente los siguientes músculos:
- Glúteo medio: fundamental para la estabilidad de la cadera y para movimientos laterales. Ayuda a mejorar tu equilibrio y fuerza en movimientos cotidianos.
- Glúteo mayor: responsable más importante del aspecto y volumen del glúteo. Su activación con este ejercicio ayuda a lograr una apariencia más tonificada.
- Tensor de la fascia lata: músculo lateral de la cadera, involucrado en movimientos laterales y estabilización.