La sensación de congestión o de quemazón que sentimos al final de una serie o de un entrenamiento es una de esas en las que es complicado trazar una línea que distinga claramente lo que es placer y satisfacción y lo que es dolor.Â
Para muchas personas esa sensación ambigua, relacionada con niveles muy altos de esfuerzo es sumamente satisfactoria pero, ¿significa que hay que llegar a ella para hipertrofiar nuestros músculos?Â
En este artículo te explicamos lo que debes saber acerca de la congestión muscular y del estrés metabólico.Â
Esto es todo lo que sucede en nuestro cuerpo cuando llegamos al fallo muscular durante un entrenamiento de hipertrofia
La congestión muscular suele considerarse una forma de optimizar la hipertrofia muscular debido al aumento del fluido intracelular por la hiperemia reactiva. Nada más lejos. Esta hiperemia reactiva se refiere a un aumento temporal en el flujo sanguíneo que puede ocurrir cuando los músculos trabajan intensamente, sobre todo a continuación de un alto número de repeticiones.Â
No obstante, la evidencia actual indica que la congestión no tiene efecto alguno en la hipertrofia muscular ya que independientemente de que haya congestión o no el mecanismo que provoca la hipertrofia es la tensión mecánica.Â
La tensión mecánica se consigue en las últimas repeticiones antes del fallo muscular independientemente de las repeticiones que se hagan en una serie.