Desde 2021, los episodios de calima han sido cada vez más frecuentes e intensos. De hecho, en estos pocos años, las
intrusiones de
polvo sahariano en España se han duplicado.
Ya sabíamos que esto se estaba convirtiendo en un enorme problema de salud pública y que, a la vez, era un factor clave en la fertilización de amplias zonas del planeta. Lo que acabamos de descubrir es, además de
polvo, hay muchas cosas más en esa calima.
¿Cómo que "hay más cosas"? Un equipo de investigación conjunto del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC) y el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) ha descubierto que  "bacterias y
hongos provenientes de los suelos de los desiertos del norte de África ocupan los cielos del sur de Europa de forma continuada".
Lo hacen, "incluso mucho tiempo a continuación de las grandes inyecciones de
polvo sahariano que producen los episodios de calima".
No, no es tu imaginación: la temporada de alergias cada vez es más larga y más intensa (y lo será aún más)
Analizando 30 años de lluvias. Para descubrirlo, los investigadores han estudiado muestras de lluvia de entre 1987 y 2014 y han comparado los resultados con los suelos de los desiertos del norte de África. Además, han recreado los más importantes dinámicas atmosféricas que se encargan de dispersar microorganismos a nivel global.
¿Y esto es destacado? Lo cierto es que sí.