Diciembre de 1989. Diversas personas de todo el mundo recibieron por correo (postal) un disquete supuestamente enviado por la OMS (Organización Mundial de la Salud) que contenía un software capaz de predecir el riesgo de desarrollar
SIDA. Sin embargo, al introducirlo en su ordenador, aparentemente no ocurría nada...
...sólo que sí había ocurrido: estos disquetes, escondían un código malicioso que se activaba después de que el usuario reiniciara su computadora 90 veces (para ello reemplazaban el archivo autoexec.bat).
Al llegar al reinicio número 90, el programa ocultaba directorios y cifraba los nombres de los documentos del disco C:, dejando al usuario sin acceso a su información, y mostrando únicamente un mensaje desconcertante que le advertía de su equipo había sido bloqueado... y de que tendría que realizar un pago para revertir la situación.
Para realizar esta "adquisición de licencia", había que comunicarse con 'PC Cyborg Corporation' y realizar un pago mediante cheque de 189 dólares a un apartado postal en Panamá.
Este esquema de extorsión estableció el comienzo básico del ransomware: utilizar el secuestro de información como herramienta de presión económica.
A pesar del susto inicial, Willems logró revertir el bloqueo sin necesidad de pagar el rescate. Esto se debía a que este ransomware, bautizado como AIDS Trojan ('Troyano del SIDA'), era rudimentario en comparación con los estándares actuales.