Mi columna de esta semana en
Invertia se titula «Elon Musk o el problema de mezclar política y negocios» (pdf), y trata de detallar la caída del valor de las propiedades de
Elon Musk a medida que se involucra más y más en el gobierno más patético de la historia de los Estados Unidos, poniendo claramente de manifiesto el peligro de mezclar la actividad política con la empresarial.
Si bien el personaje se mantiene como persona más rica del mundo aún con gran diferencia, y el descenso de su riqueza, cuando hablamos de esos niveles, tiene una importancia muy relativa, lo que está ocurriendo es, claramente, una reacción de rechazo cada vez más intensa que no puede presagiar nada bueno para sus negocios.
Todo indica que, en muchos sentidos,
Elon Musk ha cambiado de fase: ahora sus negocios son completamente secundarios ante lo que cree que es un exitoso salto a la política y al control del país más rico del mundo, aunque bajo el gobierno de Donald Trump se haya convertido en una auténtica caricatura de sí mismo.
Las ventas de la única compañía cotizada que posee y la que más sustenta su riqueza están cayendo en todas las regiones del mundo.