A pesar de que a veces podríamos pensar que Internet es casi una entidad etérea, o de que en nuestra cabeza esté unido al adjetivo 'inalámbrico', lo cierto es que su funcionamiento depende en gran medida de una vasta red de
cables submarinos que atraviesan los océanos, transportando más del 95% del tráfico de datos global.
Estas infraestructuras, que se extienden por cientos de miles de kilómetros, son fundamentales para las comunicaciones, las transacciones financieras y la operatividad de plataformas digitales.
Sin embargo, han tenido lugar varios cortes significativos que han afectado la conectividad en diversas regiones. Algunos de estos incidentes han sido atribuidos a causas naturales, mientras que otros han despertado sospechas de actos deliberados con fines políticos o militares.
A finales de febrero de 2024, se registró el corte de varios de los
cables submarinos que surcan el Mar Rojo, lo que afectó significativamente el tráfico de Internet entre Europa y Asia, pues transportaban aproximadamente el 90% de las comunicaciones entre ambos continentes.
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Además, la pérdida de estos
cables llevó además a una disminución notable en la velocidad de Internet en algunas zonas de África oriental.
Entre los
cables afectados se encuentran el 'Asia-Africa-Europe 1', 'Europe India Gateway' y 'Seacom-TGN-Gulf'.