Puede que llegue el momento donde existan dos
iPhone físicamente distintos a simple vista, uno en espacio económico europeo y otro en Estados unidos. Parece que el modelo europeo no volverá a ser el mismo. Porque la
Unión Europea le ha pedido a Apple una mayor interoperabilidad en los
iPhone. ¿Y qué es eso de la "interoperabilidad"? A grandes rasgos, exigen que el
iPhone se comunique mucho mejor con otros dispositivos y sistemas que no sean de Apple. Esto implicará una serie de cambios históricos para el dispositivo. Otra vez.
Hace ahora un año que entró en vigor la famosa DMA, una regulación impulsada por la Comisión Europea con el fin de evitar prácticas abusivas por parte de empresas que, a ojos de la UE y sus expertos, tienden a tener unos ciertos monopolios. Apple, junto a Meta, Google o Amazon, es una de ellas.
En consecuencia de esa ley, Apple tuvo que ceder ante una serie de imposiciones históricas, catalogadas así por ser inéditas hasta entonces e ir en contra de lo que la firma californiana había promulgado. Esos cambios se iniciaron en iOS 17,4, destacando algunos como la llegada de tiendas alternativas a la App Store o, más recientemente con iOS 18,2, la posibilidad de eliminar apps nativas.
Pensábamos que no habría consecuencias por el retraso de Siri.